El Prof. Hernán Matute
Brouzés, Fundador y Coordinador General de la Cátedra Libre Antidrogas (CLIAD), del
Instituto Pedagógico de Caracas, adscrito a la Universidad Pedagógica Experimental
Libertador (UPEL), presentó una Ponencia que llevó por nombre: “El consumo, venta y distribución de las
drogas con toga y birrete en nuestras universidades”, a través de la cual
presenta una visualización, parcial, pero preocupante de cómo anda y de cómo se
maneja, aborda y afronta el tema de las drogas en nuestras universidades.
A tal efecto, Matute
Brouzés, centró en 12 aspectos, que se enumeran a continuación, de lo que él
considera, que debe ser incorporado a los resultados que entes oficiales han
venido dando producto de encuestas realizadas en el Sector Universitario,
señalando su preocupación, en cuando en el propio título de su ponencia, nos
dice y precisa, que las drogas tienen “toga
y birrete”, es decir, que “ya las drogas se están graduando en las
Universidades”.
1.-En las 31 Universidades (Públicas y
Privadas), entendiendo en este rubro cualesquiera de sus modalidades o tipos
(Universidades, Institutos Universitarios, Colegios Universitarios,
Politécnicos, Tecnológicos, etc.) ubicadas en la Gran Caracas, y chequeadas por
nosotros, en TODAS, SIN EXCEPCIÓN, encontramos un consumo expansivo (lo
venimos monitoreando desde el 2003) de drogas y, cadenas de comercialización
que operan el mini-tráfico o la distribución interna, con conexiones externas bien definidas, y en 18 de ellas, operan
más de dos (2) de distinta afiliación (organización). En todas hay vendedores
internos, casi desapareciendo los vendedores extraños (externos) a las
instituciones, modalidad tradicional hace unos 20 años atrás, pero que ahora
tiene poco peso y significación. En conclusión, los vendedores ahora, son los mismos estudiantes regulares
universitarios, lo cual, hace más "cercana y expedita" la oferta,
siendo a su vez, los grandes propiciadores de la demanda, por ser impulsores,
facilitadores y propagandísticos internos" de la droga.
2.-Por estar conectados con Centros
o Estructuras Mayores Externas de Comercialización del producto, se
puede ofrecer de manera rápida, organizada, segura, con certeza de entrega y de
disposición y, con una alta variedad de productos en la oferta.
3.-Cada Universidad tiene sus "Zonas
de tolerancia para el consumo" y, sus "zonas de descargue,
venta” e inclusive de "caleta", donde se guarda o se resguarda según
el caso...y, lo que es peor, todas las autoridades la conocen, al igual que la
propia comunidad universitaria, y NO SE HACE NADA O MUY POCO, y cuando se hace,
es de manera epiléptica, circunstancial, por reacción y, de carácter no
permanente, con la cual, la recurrencia o la mudanza, es el pan de cada día.
4.-El Crimen Organizado y las Cadenas de
Comercialización de la Drogas (las que están organizadas e
institucionalizadas), le pusieron la mano a las Universidades. Ya NO OPERAN
VENDEDORES AISLADOS, NI PARTICULARES, AUTÓNONOS O INDEPENDIENTES. Eso
desapareció hace aproximadamente hace 10 años. Si aparece alguno ocasionalmente,
la propia mafia organizada se encarga de "desplazarlo", de la manera
que ellos crean pertinente… y, según el caso.
5.-La masificación y concentración
desmedida de alumnos en los Centros Universitarios y, su pésima
seguridad interna (anclada en el pasado y sin apresto en la modalidad), así
como el desdén de sus autoridades y, de la propia comunidad universitaria,
viene propiciando lo que se llama los "Nichos de Impunidad",
edulcorados con permisividad, tolerancia extrema, que raya en la complacencia y
sinvergüenzura, generándose una "cohabitación", habituación y una
naturalización del hecho, que ya desarrolló una "Desesperanza aprendida
con raíces profundas, complejas y diversas".
6.-NO
EXISTE una estrategia seria, permanente, institucional y profesional,
en el área de la prevención en las universidades. Lo que existe, incluida
la nuestra, apunta más al aporte personal (individual) que al de la
propia Universidad, lo cual, no deja de ser preocupante, por lo vulnerable y
etéreo de su puesta en escena de cara al futuro.
7.-El mercado interno de las drogas y el
aumento del consumo puertas adentro de las universidad, tiene una tendencia
hacia la consolidación, sin ninguna o con poca contención
preventiva, lo cual acelera su desarrollo.
8.-En todas las Universidades (31)
detectamos consumo por parte de Profesores, Empleados Administrativos, Obreros
y Estudiantes. EN TODAS. El sector de Profesores fue el de menor
registro, pero siempre encontramos involucrados.
9.-El consumo
de alcohol tiene en el ámbito universitario unos niveles por, encima
de los estándares internacionales, con el agravante, de tener también, la
peor percepción de riesgo de América Latina sobre los daños directos e
indirectos que causa el alcohol. Las Universidades y su perímetro geográfico
(alrededores) se han transformado en unos vulgares “botiquines a cielo
abierto”, y la incorporación personal o grupal de bebidas alcohólicas en
bolsos, maletas de los carros (cavas y demás componentes) lo registramos en las
31 universidades.
10.-El consumo de
bebidas "energéticas o energizantes" en épocas de exámenes o
finales de semestre y / o de año, también es preocupante, pero más lo es, su
"asimilación al consumo cotidiano" (todavía en segmentos pequeños,
pero expansivo), como si fuera un refresco, jugo, batido, etc.
11.-Las
universidades carecen de estructuras internas, ACADÉMICAMENTE FORMALIZADAS,
para dar respuestas a la problemática, y curricularmente, no existen materias,
cursos, actividades de extensión, asignaturas electivas-optativas o Servicios
Sociales Comunitarios en los cuales de manera permanente, con seguimiento,
evaluación registro de data, etc., se contribuya a la prevención con seriedad.
Sólo en el Instituto Pedagógico de Caracas (IPC), adscrito a la Universidad
Pedagógica Experimental Libertador (UPEL) hay desde el año 2003 un accionar
bien estructurado, pero que depende más del quehacer personal de un Profesor,
que de una responsabilidad y compromiso institucional.
12.-Los Servicios
de Bienestar Estudiantil, no están preparados para dar respuestas primarias
(básicas) a los problemas de consumo y, menos de sobredosis… Hemos evaluados
algunos de ellos y, en todos se desconoce o se viola los protocolos
internacionales de abordaje, o su intervención adolece de la calidad y
profundidad que los casos ameritan. Por otro lado, en la mayoría, ni siquiera
psicólogos existen y los médicos internistas o generales no tienen el apresto
elemental en la materia, y lo que es peor no saben la localización (dirección,
teléfonos, nombres del personal de especialistas) a los cuales deben remitirse.
Ni hoja de ruta, ni jerarquización, ni modalidades de referencia son manejadas
por los entes primarios de las universidades. Ante una emergencia el caos
reina.
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